La vida es tan horrible que, no bien he terminado un listado de cosas odiosas me topo con otras más que resultan igual o hasta peores. Aquí hay tres otras situaciones que no se relacionan en nada pero que son igualmente molestas.
3- Sentarte en la primera fila del cine
Ir al cine debe ser una experiencia agradable en la que puedas aislarte durante algunas horas del mundo exterior, comiendo carísimas golosinas que te harán preguntarte para qué demonios estudiaste una carrera cuando podrías mejor vender golosinas en un cine. Todo eso mientras estás sentado junto a la chica de tus sueños, en lo oscurito y tratando de pasar tu mano por debajo de…
Pero no todo es tan bonito, no cuando te toca en la fila de adelante. Llámame loco pero… ¿por qué demonios ponen asientos tan al frente de la sala que no puedes ver la película? Es una simple cuestión de diseño arquitectónico, inicien las filas de asientos a una distancia y altura razonable, ¿no? Pero ese no es el caso y todas las salas cuentan con una odiosa primera fila, tan cerca de la pantalla que te provocará tortícolis.
2- Tarjetas de lealtad para todo
Algo que es horrible de los tiempos actuales es que de pronto a todas las tiendas que venden bienes o servicios se les ocurrió la idea de hacer diferentes tipos de tarjetas que te dan puntos, que al acumularlos podrás usar para pagar con ellos.
Pero este es el asunto… a todas se les ocurrió lo mismo, y al mismo tiempo; por ello ahora tu cartera está inundada con tantas tarjetas que no queda espacio para el dinero, y lo peor es que cada tarjeta es exclusiva para una o unas pocas tiendas, por lo que debes llevarlas todas.
A la hora de pagar lucharás por encontrar la tarjeta adecuada, la cual está detrás de decenas de otras tarjetas que, en conjunto, dejarán tu billetera tan holgada como la vagina de una prostituta de 60 años.
Payback, la de Cinépolis, la de Soriana, la de Soy Fan, la de la Farmacia del Ahorro, la de Gamers, la de Blockbuster (bueno… esa ya no vale), esa tarjeta de Game Stop que te convencieron de comprar cuando fuiste a Laredo hace 3 años y que jamás has vuelto a usar. Debes cargarlas todas pues no sabes cuándo ingresarás a la tienda adecuada para ella, y hay de ti si no la usas y comienzas a acumular puntos (que por cierto, expiran). Y así comprar en la tienda de la esquina se convierte en un RPG donde te la pasarás farmeando experiencia.
1- Tu consola/juego necesita actualizarse
Aunque sólo videojugadores se identificarán con esto, debes saber que es un tipo de sufrimiento que ni siquiera una embarazada podría soportar. Trata de imaginar esto:
Llegas a casa después de una larga jornada laboral, durante la cual te la pasaste imaginando jugando ese juego estreno que acabas de comprar. Invertiste tus ocho horas en ver videos de YouTube para obtener tips y estrategias para mejorar tu juego, leyendo reviews para confirmar que hiciste la mejor elección y que tu juego nuevo sin duda será el Game of the Year (¿o qué más haces en el trabajo… trabajar?). Finalmente llega tu hora de salida, cierras YouTube, apagas tu computadora y, exhausto, emprendes el largo camino de vuelta a casa. Ignoras a tu familia (seres biológicos que no tienen suficientes polígonos para llamar tu atención) y corres a donde tienes conectada tu consola, ansiando escuchar el sonido de encendido y ver el despliegue de la pantalla. Presiona A para iniciar, y te imaginas ya presionándolo… o sorpresa que cuando tu consola enciende te llega un mensaje como este:
Tu consola/juego necesita actualizarse.
Lo lees dos veces, incrédulo de que algo así te esté sucediendo, pero no cabe la menor duda, han lanzado un parche o un update y éste impide que tu juego inicie sin antes haberlo descargado, miras el peso del archivo… varios gigas.
En los tiempos actuales las consolas y los juegos se actualizan frecuentemente y, aunque tiene ciertas ventajas (como la corrección de bugs y un mejor balance de los juegos), la mayor parte del tiempo son updates enormes que te impiden ya jugar. Más de una vez he estado a punto de salir, gozando de apenas unos 30 minutos para jugar una partida, cuando este mensaje me arruina mis planes.
Y es aún peor cuando el juego es en línea y lo juegas con tus amigos. No quieres saber cuántas veces pasé la tarde platicando con Luis, planeando la hora de juego para que, al llegar a casa, alguno de los dos (o los dos), tenga una actualización pendiente que nos impedirá el juego (te veo a ti Borderlands).
Y no todos tienen la misma velocidad de descarga. SI alguno de tus amigos tiene la desgracia de contar con los 5 megas de descarga (en el paquete más básico), entonces estás ante una situación que impedirá la partida, y si juegas ciertos juegos «para matar el tiempo» algunos bloquean la conectividad de internet, impidiéndote realizar la descarga mientras los estás jugado o interfiriendo con la misma (te veo a ti, FIFA).
Y así nuestras noches de juego son arruinadas y nos obligan a convivir con la familia…
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