Hay tantas cosas que odias que pasen que a veces resulta imposible categorizarlas todas; celebremos absolutamente nada con estas seis situaciones aleatorias que seguramente odias que te sucedan.
6- Erecciones inoportunas
Las mujeres siempre se ponen en el papel de víctimas: que si porque los hombres no padecemos cólicos menstruales, que un hombre jamás resistiría un parto; pues déjenme decirles algo señoritas, ustedes no tienen que lidiar con una parte del cuerpo que actúa por voluntad propia.
Imaginen por un momento que sus bubis pudieran moverse sin que ustedes las controlaran, ahora imaginen que hacen eso en un momento inoportuno en que todos las pueden ver; eso es algo que todo hombre bien dotado como yo ha tenido que soportar en algún momento de su vida.
El p1to tiene mente propia, aunque muchas veces podemos conocer la causa de su actividad, esa causa no siempre es tan perceptible. Claro que una muchachona bien bonita tiene un efecto notorio pero… ¿qué hay de esos momentos en los que ese efecto no es deseable?
Por ejemplo, mujeres, ¿sabían que los hombres usualmente nos levantamos por la mañana con una erección? Y no es porque hayamos soñado algo, simplemente así nos levantamos, sin razón aparente, sin acción externa, y no es cómodo como lo podrá comprobar cualquiera que guste de dormir boca abajo.
¿A qué hombre no le ha pasado estar cómodamente trabajando o en la escuela cuando ocurre uno de esos esporádicos recuerdos eróticos, inocentes e inofensivos, que provocan una erección? Peor aún, ¿a quién no le ha pasado que inmediatamente después debas levantarte porque te mandó llamar tu jefe o maestro? Eso era algo muy común en la escuela cuando uno trataba de esconder su paquetote sólo para que el maestro le llamara al frente, lo que nos obligaba a hacer uso de tan variadas técnicas de relajación que ni siquiera los más grandes maestros Zen serían capaces de dominar y, por ello, no siempre eficaces (en especial cuando la chica que te gusta está sexymente sentada al frente, viéndote).
Sí, eso es incómodo, pero es peor cuando además necesitas ir al baño. Creo que te imaginarás que ir a hacer pipí estando erecto no es cosa fácil, es como si trataras de servir refresco en un vaso sin inclinar la botella; te ves obligado a contorsionar el cuerpo en posiciones incómodas tratando de lograr que el chorro caiga donde debe de caer (lo cual es prácticamente imposible), la erección además crea una resistencia a la corriente lo que te obliga a «pujar» para sacarla, lo que convierte la orina no en un chorro sino en disparos sin control que sólo un maestro experto en Battlefield podría controlar; no sólo es difícil sino que, como si hubiésemos obtenido una S de Contra, algunas veces el chorro se bifurca en varias direcciones, alcanzando 90° de cobertura lo que en Contra es útil pero en el mingitorio…
Pero la cosa no acaba ahí, imagina cagar con una erección, no es cosa fácil alcanzar la concentración cuando algo te está viendo mientras cagas, considerando también que debes pujar y eso puede ocasionar… accidentes… debido al sitio al que apunta tu arma mientras estás sentado.
Y aún así hay algo peor, sentarte cómodamente a cagar, sin erección, cómodo e inocente cuando el p1to decide levantarse… estás ahí, sentado, ocupándote de tus asuntos mientras ves cómo ere monstruo comienza a cobrar vida, y no lo ves lo notarás cuando la sensación se algo frío llegue a ti, y es que tocará los bordes del excusado en su camino al alza.
Así que chicas, cuando piensen que es fácil ser hombre piénsenlo dos veces.
5- Se pega la punta del p1to a la ropa interior
Todo lo anterior es incómodo pero aquí estamos hablando de dolor. Chicas, el p1to (lo conocen bien las que tienen una gran relación con él) tiene una especie de boca que muchas de ustedes se empecinan en besar, pues bien a esa boca al parecer a veces le da hambre y decide tratar de comer lo que esté a su alcance, usualmente la tela de la ropa interior.
Ahí está uno, tranquilo, sin erección incómoda, pensando en miles de proyectos a favor de la humanidad cuando decides hacer un movimiento y sientes que algo te lo trata de impedir, piensas dos veces, ¿qué me sucede? Y caes en la cuenta que la punta del p1to se ha pegado a la ropa interior, en ese momento te preocupas.
Y es que el p1to es como un perro, una vez que se cierra en algo resulta difícil hacerle que se separe, difícil y doloroso; el separar la tela de la punta del p1to es una tarea ardua que requiere precisión quirúrgica y movimientos lentos.
Pero eso no es todo, sucede también en público y es en esas situaciones cuando no sabes qué hacer, y es que el proceso de separar el p1to de la tela no es furtivo, necesita movimientos importantes que tienen efecto sobre la expresión del rostro. En situaciones públicas tienes dos alternativas, quedarte como estás o aprovechar cuando nadie te ve para ir despegándolo poco a poco en series de movimientos alternados que son complicados y dolorosos.
4- Reuniones en que todos están en su celular
Parece que tener p1to es difícil, como tener un bebé que se hace grande y chiquito, pero no todo lo malo nos pasa a los hombres. En estos días en que todos traen su Smartphone, ¿a quién no le ha pasado juntarse con los amigos y ver que todos están atrapados por esas pantallas? ¡Para qué demonios nos juntamos entonces!
Ahora las reuniones tienen de invitado sorpresa al teléfono, el cual todos tienen, todos usan y nadie se quiere separar de ellos. Ya sea que chateen con alguien (¡que a veces está ahí mismo!) o que tomen fotos para después estar viendo quién da Like, estos tipos y tipas no dejan nunca sus teléfonos y hacen que reunirse sea algo irracional.
3- Formarse en la fila equivocada
En estos tiempos de prisas, hacer fila es algo que odiamos, es dedicar tiempo a esperar (y de pie) a que alguien que sólo se quiere ir a su casa te atienda. Las filas pueden tomar tiempo, a veces mucho tiempo, y sólo para que al llegar te des cuenta que todo fue en vano.
Cuando llegas a un lugar nuevo y necesitas alguna información, ves que hay gente formada, te paras detrás de ellos y… ¡era para algo que no necesitabas! Y claro no le ibas a preguntar a los desconocidos.
Y es que ahora hay segregación hasta en las filas, que ara pagar con tarjeta, que sólo efectivo, que exprés, que en esta no se pagan tales cosas, la lista sigue y sigue y tú seguirás esperando.
A veces es necesario formarse en la fila sólo para preguntar… ¡para preguntar! Tienes que esperar a todos los que están al frente a que paguen lo que tengan que pagar para llegar con tu hoja de papel para ver si ahí puedes hacer un pago y… ¡NO!
2- Llenar tu perfil en una página de citas para, al final, ver que es de paga
El nerd vive en internet, es ahí donde hacemos de todo, desde comprar videojuegos, ver series e incluso conocer chicas. No es sorpresa que haya centenares de sitios para citas y menos sorpresa es el darse cuenta que, como en un table, algunos manejan el mantra de ver pero no tocar (y tocar significa comunicarse aquí).
¡¿Para qué demonios quiero ver la foto de una chica que me gusta si no le voy a poder hablar?! Para eso está el simple internet, busco chica sexy en Google y listo, ¡en un sitio de citas se supone que debes poder comunicarte con la chica!
Así que ahí estás tú llenando tu perfil, buscando tus mejores fotos, blanqueándote con Phopsothop, llenando tu descripción con edad, peso, altura; luego dedicando varios minutos a describirte de forma interesante de modo que no se vea que eres un esperpento al que ninguna mujer chuparía el p1to (que es más atractivo que tu cara), preparando todo para venderte de la mejor forma para, cuando das por fin clic en finalizar (20 minutos después) te llegue el mensaje de que tu cuenta sólo permite ver pero no comunicarte con nadie, que para eso debes volverte Premium…
Zoosk, Be2, váyanse al diablo.
1- Cuando los tacos para llevar llegan totalmente remojados
Hemos hablado mucho de p1tos el día de hoy pero aquí hay algo para lo que no necesitas tener uno para sufrir y es cuando pides tacos para llevar (qué ¿esperabas que todo fuera de p1tos?)
Los tacos son la comida favorita del mexicano, son deliciosos y hay de tanta variedad que jamás te cansarás de ellos. Son además relativamente baratos pues una orden cuesta casi un tercio de lo que te costaría un combo de un restaurante de comida rápida gringo.
Pero hay un detalle… la coca está cara, así que mucha gente opta por el «para llevar» de modo que se tome la coca que tiene en su casa. Todo bien, ¿no?
Pues no, el asunto es que los tacos llevan aceite y la orden para llevar suele ir envuelta en papel, el trayecto desde la taquería hasta tu casa involucra minutos que hacen que ese papel se impregne de vapor y aceite de los tacos, pegándose el mismo a las tortillas cual p1to al calzón (no lo pude evitar). Al final estarás comiendo tacos fríos, menos servidos (pues no te darás cuenta que traen menos carne hasta que estés en casa), que son mitad papel y cuya tortilla se deshace, dejando en el plato la valiosa carne, así hasta la erección más persistente baja.
Para el No. 6… Si aguantas la respiracion por unos segundos puedes bajar la erección, esto es porque la sangre va más lenta y el cuerpo deja de mandarla para allá abajo, algo así era la explicación, pero lo importante es que ¡Funciona!