Piensa por un momento en cualquier historia que conozcas, no importa que sea cine, comic, anime, videojuego, libro; ¿hay algún indicio de romance? Seguramente sí, y es porque todo el mundo está enamorado del amor.
Es 14 de febrero, el día más comercial del año, en que algún genio se dio cuenta que perdía mucho dinero si sólo le vendía a las personas enamoradas así que le añadieron un “y la amistad” a una festividad nomás para ganar más dinero, imagina que al 30 de abril le añadieran un “y los tamales”, así de ridículo es.
Pero bueno, no podemos sustraernos del mundo en que vivimos y una cosa es cierta, el amor está en el aire, bueno, quizá no realmente el amor sino el deseo del amor. No importa a dónde volteemos, no importa qué hagamos, encontraremos algo que nos recuerde lo miserables que somos por no tener a alguien, nos toparemos con algún mensaje que nos diga que la felicidad viene de estar acompañados. No, no es que sea necesariamente cierto, pero lo cierto es que la idea está por todos lados.
Una historia de un robot asesino que viaja en el tiempo para matar al futuro líder dela resistencia antes de que nazca… y un soldado del futuro protegerá a la madre y se enamorará de ella. Una princesa intergaláctica lucha contra un malvado imperio, contratará a un contrabandista y… se enamorarán. Un hombre aislado del mundo, que ve que las cosas no son como deberían ser, aprende kung fu y se convierte en el elegido y… una mujer está profetizada a enamorarse del elegido y, por ende, del tipo que sabe kung fu.
Podríamos poner más ejemplos, en la literatura Raskolnikov se “salva” gracias al amor de una prostituta (Sonia) en Crimen y Castigo. El motor que impulsa a Cloud en Final Fantasy VII es vengar la muerte de su amada Aeris (spoiler… de 1997), la muerte de Lois Lane vuelve loco a Superman en Injustice. Una modleo idiota se enamora de un asesino serial que la desprecia en Death Note. Incluso el mismo Príncipe de las Tinieblas, Ozzy Osbourne, le dedicó una canción a su esposa en Mama Im Coming Home. ¡No hay escape!
El amor nos persigue porque todos estamos interesados en ello, hay que admitirlo, es un tema de interés en cualquier parte al que vayas. Platica de tus problemas de pareja con unos desconocidos y vas a ver cuánta atención de ponen, si tus amigos no te pelan por estar ocupados en otras cosas, diles que quieres consejos sobre una chica y te vas a perder entre los cientos de comentarios que te van a dejar. El amor, más bien la idea del amor, es el interés supremo de nuestra sociedad.
Esa es la razón por la que las historias de amor están presentes incluso en las películas más violentas, porque no es económicamente rentable dejar de lado un aspecto que atrae al 99.9% de la población. Es por eso que Hicks se interesó en Ripley, es por eso que Robocop tenía visiones de su esposa, incluso en Náufrago, Tom Hanks se refugia en la idea de su novia/esposa que quedó atrás y eso le permite soportar.
El amor no tiene que ser totalmente explícito, puedes dejar la idea a la imaginación y aun así se entenderá. Dutch no comparte ningún interés visible en Elpidia Carrillo en Depredador, pero trata de recordar y pensarás que sí lo hubo, sólo por el hecho de ser mujer y gritarle “Run to the chopper”.
En Claymore, Clare, una guerrera sin sentimientos, desarrolla sentimientos por Raki, un tipo que nomás estorba. En Berserk, el bad ass de Gutz se enamora de su compañera Caska, ¿ves? No importa el tipo de historia que sea, el resultado es siempre alguna relación amorosa, no se puede evitar.
En El Programa GAMER (¿creíste que no hablaría de mi libro?) hay romance, sí, lo admito, no consideré conveniente dejar fuera un elemento que es parte del deseo de todos y con el que cualquier lector se puede identificar. Hay elementos de romance (más no romance en sí), entre varios personajes y esos elementos se van desarrollando de forma paralela a la historia. Al mismo tiempo que los GAMERS aprenden a patear traseros y matar demonios, emergen sentimientos entre algunos de ellos y vemos, a lo largo de las 666 páginas, cómo esos sentimientos pueden o no llegar a convertirse en una relación. Si bien el romance no es para nada un aspecto central en la trama (como en Crepúsculo), ni tampoco es un elemento que mueva algún argumento (como el amor de Trinity por el elegido, lo que forzaba a Neo a ser el elegido), se encuentra presente y tiene un desarrollo relevante durante casi toda la longitud del libro.
Y es que dejar fuera el romance significa quitarse una buena porción de posibles compradores o de personas interesadas en conocer una historia. ¿Cuántas personas juegan videojuegos? Bastantes, ¿cuántas disfrutan de los disparos? Seguramente muchos, pero… ¿Cuántas personas tienen deseo de encontrar el verdadero amor? ¡TODAS! No incluir el elemento del romance en tu historia puede alienar a muchos consumidores pues no todos se identificarán con la situación crítica que atraviesa el héroe, sin embargo todos sí se identificarán con los problemas de pareja que el héroe podría atravesar durante su travesía. Después de todo hay una razón por la que Jeff Goldblum tenía a su ex esposa esperándolo en Día de la Independencia, y por la que Will Smith recién se iba a comprometer con su novia desnudista en esa misma película; son aspectos laterales a la trama pero que logran que aquellos sin interés en ver marcianos o naves espaciales presten atención a la película.
Por eso si encuentras cliché o cursi el elemento romántico en una historia cualquiera, piensa por un momento en las razones detrás de ese elemento, no está ahí para ti, está ahí para el resto del 99.9% de las personas que no están horrendas como tú y que sí podrían encontrar el amor alguna vez (sabes que no hablo de tí sino del otro que está leyendo 😉 ).
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