No, no se trata de una broma del día de los inocentes ni tampoco de ninguna justificación por problemas gastrointestinales que pueda tener, se trata de un estudio realizado por la Universidad de Exeter y dado a conocer por el Western Daily Press, que afirma que el olor de las flatulencias puede ser benéfico para la salud.
Las flatulencias o «pedos» contienen sulfuro de hidrógeno producido por las bacterias que descomponen el alimento en el intestino, es tóxico en grandes dosis pero si se administra en cantidades pequeñas tiene la capacidad de proteger las células y combatir enfermedades.
Una célula enferma busca atraer enzimas para generar sulfuro de hidrógeno, lo que ayuda a preservar las mitocondrias, las cuales generan energía y regulan la inflamaciín. La energía generada por la mitocondria es lo que mantiene vivas a las células (¿ya ves por qué debes jugar Parasite Eve?)
Un nuevo compuesto llamado AP39 (asumimos que el título P.3.D.0. no era muy atractivo comercialmente) ayuda a que el cuerpo produzca la cantidad ideal de sulfuro de hidrógeno, lo cual puede ayudar a prevenir o revertir el daño mitocondrial y que sería clave en la lucha cpntra diversas enfermedades como derrames cerebrales, insuficiencias cardíacas, diabetes, artritis, demencia o envejecimiento.
Matt Whiteman, profesor de la Facultad de Medicina de Exeter explica:
«Cuando las células se estresan por la enfermedad aprovechan las enzimas para generar pequeñas cantidades de sulfuro de hidrógeno y esto permite que las mitocondrias sigan funcionando y permite que las células vivan. Si esto no sucede, las células mueren y pierden la capacidad de regular la supervivencia y el control de la inflamación».
«Hemos explotado este proceso natural haciendo que un compuesto, llamado AP39, que entrega lentamente cantidades muy pequeñas de este gas específicamente a las mitocondrias”, añade.
Las primeras investigaciones han arrojado un 80% de éxito para ayudar a la supervivencia de las mitocondrias en condiciones destructivas.
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