Allá por finales de los 90’s cuando tenia aproximadamente unos 10 años de edad, recuerdo estar viajando de regreso desde la capital mexicana a la ciudad de Puebla junto con mis padres y hermano. Durante el trayecto a casa, mi padre nos venia comentando que nos estaba esperando una sorpresa muy grande. Mi hermano y yo no nos imaginábamos realmente que nos esperaría una vez llegáramos.
Cuando al fin llegamos a casa, nuestros padres nos indican que la sorpresa estaba escondida en algún rincón y que era nuestra tarea buscarla. Realmente ya emocionados, mi hermano y yo comenzamos con la búsqueda. Armarios, debajo de la cama, baño y sala pero aún nada. Decidí que el mejor lugar de búsqueda debía ser nuestro cuarto por lo que después de revisar camas y cajones, vi una caja escondida detrás de nuestro cesto de ropa y fue ahí donde nos estaba esperando, un nintendo 64.
En aquel tiempo mi hermano y yo ya estábamos adentrados en el mundo de las consolas empezando con el grandioso Super Nintendo, el cual era nuestro centro de entretenimiento, sin embargo, ya pasados algunos años de su salida y el anuncio del Nintendo 64 en camino, sabíamos que era el momento de saltar a la nueva generación 3D, por lo que de acuerdo mutuo con nuestro padre, decidimos poner en venta nuestro super nintendo para poder completar y comprar la nueva consola sucesora. Si, suena feo que hayamos sacrificado una gran consola por otra, pero en aquel tiempo, nuestra economía no era mala pero si justa en gastos, por lo que debíamos de hallar maneras de continuar con nuestro hobby favorito.
Recuerdo bien que el nintendo 64 que nos estaba esperando era una edición con un control extra de color morado transparente, la cual, se leía en la caja: Atomic Purple Color. Extra controller included!.

Nintendo 64. Edición con control extra «Atomic Purple».
Supongo que mi padre al momento de comprarla, sabia que mi hermano y yo pelearíamos hasta el final si cada uno no contaba con un control para jugar por lo que decidió adquirir una edición con control extra.
Emocionados, mi hermano y yo nos dispusimos a abrir la caja y, Oh! Sorpresa!, había una caja más pequeña la cual se veía que ya había sido abierta. La caja llamaba mucho la atención ya que tenia un color dorado y contaba con el siguiente texto en la portada: «The legend of Zelda: Ocarina Of Time».

The Legend Of Zelda: Ocarina Of Time.
En nuestra previa época con el super nintendo, mi hermano y yo habíamos disfrutado títulos como Super Mario World, Street Fighter II, Mortal Kombat, entre otros. Sin embargo, nunca habíamos escuchado hablar de una saga llamada Zelda, por lo que era algo nuevo para nosotros este titulo.
Al ver el reverso de la caja, pudimos darnos cuenta que era un juego de aventuras y se enfocaba sobre un niño de túnicas verdes llamado Link; aún desconocíamos la maravillosa aventura en la que nos íbamos a adentrar.
Una vez ya conectado el nintendo 64 a nuestra increíble televisión SONY Trinitron de 21 pulgadas, empezamos un juego nuevo y pudimos darnos cuenta que ya había una partida salvada, la cual estaba ya con un progreso hasta el mítico templo del agua (Water Temple). Supongo que el dueño anterior del cartucho habría pasado muchos dolores de cabeza intentando resolver este templo. A nosotros nos paso…
En aquel tiempo, nuestro nivel de ingles era aceptable y comprendíamos en un 80% los textos de los juegos. Puedo decir que parte de nuestro aprendizaje del idioma ingles fue gracias a la «necesidad» de buscar en diccionarios traducciones de ciertas palabras claves del juego que no entendíamos, para resolver algún acertijo o calabozo. Si, los videojuegos ayudan bastante a los niños para desarrollar idiomas y habilidades mentales.
TLOZ: Ocarina Of Time fue un parte-aguas en mi vida gamer ya que no solo incremento mi pasión hacia los videojuegos, si no que descubrí el arte contenido en aquellas piezas musicales y la historia que se desarrolla desde el principio hasta el final de un juego. Recuerdo haber tenido un nudo en la garganta justo en la ultima escena del final en donde se puede escuchar de fondo la melodía de la princesa Zelda; segundos después, la melodía cambia y vemos como nuestra compañera de viaje se retira lentamente hacia uno de los ventanales habiendo concluido su misión como guía de viaje. Y así de igual manera, vemos como nuestro héroe concluye su aventura dejando la espada maestra en su lugar sagrado y abandonando el templo. Uno de los mejores finales en los videojuegos.
A partir del momento en que termine este grandioso juego, vinieron otros increíbles títulos como Castlevania (Si, no fue muy bien recibido pero a mi me gusto mucho), Super Smash Bros, Goldeneye 007, Banjo Kazooie, Perfect Dark, Star Fox 64, Pokemon Stadium, Resident evil 2. Cabe mencionar que curiosamente, nunca llegamos a jugar Mario 64 (Hasta la fecha, es un titulo que sigue pendiente en mi lista de completados).
A finales del año 2000 esperaba con ansias el que me regalaran lo que seria la continuación de la saga de Zelda, «TLOZ: Majoras Mask», el cual recibí como regalo por parte de mis padres debido a mis buenas calificaciones (¡Si, estaba condicionado con las buenas notas!). Para mi desgracia, pasado ya algún tiempo jugando, mi consola empezó a fallar. A mitad de mi sesión de juego, la consola congelaba la imagen y ya no podía continuar. Era una pesadilla para mi ya que me era imposible disfrutar mis juegos; aunque esto dejo de pasar cuando nos dimos cuenta de que la consola funcionaba con un adaptador de corriente de marca genérica (No oficial de nintendo) debido a que mi padre había adquirido la consola en el todavía famoso y actual tianguis «La Fayuca), en donde era muy común, al menos de nuestra parte, acudir a este lugar para comprar, intercambiar y ver novedades relacionadas con el mundo gamer.

Tianguis «La Fayuca».
Luego de comprar un nuevo adaptador (Ahora sí, marca oficial Nintendo), mis momentos de gloria y pasión gamer regresaron para disfrutar nuevos titulos.
A pesar de que mi hobby favorito había empezado con el super nintendo, el nintendo 64 fue el inicio de disfrutar y ver los videojuegos no solo como una manera de entretenimiento, si no como parte de una cultura digital en la cual me sentía parte de, y fue creciendo al experimentar nuevos juegos llenos de historias grandiosas, música orquestada y cientos de horas de gameplay.
¡Nos leemos hasta la próxima!…
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