El mundo del nerdismo es amplio, no se limita a los videojuegos, manga, comics, board games o sci-fi; otro de los ejes importantes del mundo nerd es el mundo de los Trading Card Games, y como nerd que soy, también le di a eso.
Esto es como en las drogas, inicias con algo y acabas en todo. Y al igual como ocurre con las drogas es un amigo el que te mete en ellas. Mi historia con los Trading Card Games inició igual que todas las demás en el nerdismo, con mi amigo Luis.
Luis me mostró lo que eran los videojuegos con el Atari 2600, me mostró los comics y el manga e incluso me hizo conocer lo que era el anime, pues aunque yo ya veía anime, no conocía la denominación. Y así como pasó con lo anterior ocurrió con los Trading Card Games.
Probablemente empezó en 1995, yo tenía 14 años y era el típico nerd que no habla con nadie y que era bulleado por los gandallas del salón. Ya jugaba videojuegos en mi Super Nintendo y además era fan a muerte del anime, por supuesto que mi popularidad con las chicas era nula, pero Luis sabía que podía ser incluso menos popular y así fue que me presentó el juego que él jugaba en aquellos años, OverPower.

OverPower era un juego de cartas que usaba a los personajes de Marvel Comics en el que en tu deck controlabas a 4 héroes, cada héroe tenía cartas asociadas a sus poderes y tres valores específicos que, a más alto, significaba que podía hacer ataques más poderosos.
Por supuesto que el chiste del juego eran las cartas más poderosas, las cuales eran más caras o difíciles de conseguir. Los héroes y villanos estaban divididos en categorías, algunos eran súper comunes mientras que otros eran muy poderosos. Además de eso el bonche de cartas generales también tenía su valor y eran ataques básicos con números del 1 al 8 en cuanto al poder, así como cartas de poder especial asociadas a algún personaje.
No recuerdo totalmente cómo se jugaba el juego puesto que no duré mucho jugándolo. Tampoco recuerdo las cartas que tenía, sólo recuerdo que a las cartas de personajes las protegíamos con micas duras que se veían muy bien y recuerdo que mi personaje más raro fue Ghost Rider. Sin embargo yo no tenía dinero para comprar Boosters o cartas así que mi poder en OverPower siempre fue bajo.

OverPower incluyó posteriormente personajes de DC pero no llegué a jugar esa edición, un día Luis me dijo que olvidara OverPower y, de pronto, mis cartas no tenían valor, ahora lo bueno era otro juego, Magic The Gathering.
Con Magic me involucré más. El juego era mucho más complejo que OverPower, con muchas más cartas y acciones por hacer. Era un juego de tipo medieval, con magia, monstruos, encantamientos, goblins, trasgos, etc. Las cartas eran menos específicas y se diferenciaban en cinco colores: Negro, Rojo, Azul, Blanco y Verde, que eran los tipos de magia a usar. Cada color tenía su estilo de juego y eras libre de jugar monocolor, bicolor, tricolor o hasta de cinco colores. Lo usual en mi entorno eran monocolor o bicolor.

Las cartas las conseguías comprando Decks o Boosters. Los Decks eran cajitas con cartas preestablecidas mientras que los Boosters eran sobres con 15 cartas variadas.
Empecé a jugar Magic cuando tenía 15 años, acabando la secundaria e ingresando a la preparatoria. El Magic fue mi escape del bullying que sufría durante ese tiempo y eventualmente mi “ruina” en el sentido que, por evitar la agresión que sufría, me iba con un grupo de amigos a jugar toda la mañana a una cafetería, por lo que no entré a clases y, evidentemente, reprobé el semestre.
No obstante no todo fue pérdida, de ahí las comillas en “ruina”, pues gracias al Magic fue que aprendí inglés, además realmente me la pasé muy bien jugando, comprando cartas, intercambiándolas y armando mi Deck. Hoy las secuelas académicas por haber perdido ese año escolar entero en la preparatoria no existen y es más fuerte la nostalgia por los buenos momentos y diversión que pasé jugando todas las mañanas en aquella cafetería en Monterrey.
Casi un año jugué Magic prácticamente a diario, me juntaba con un grupo de amigos afines a Luis aunque no necesariamente amigos de él, pues yo iba en la mañana a la preparatoria y Luis iba en la tarde. Mi mayor amigo en aquel tiempo y turno era Néstor, a quien conocí por Luis, sin embargo un ex compañero de la secundaria, a quien conocía yo previamente, fue quien me invitó a jugar a ese grupo.
Además de Néstor y yo, jugábamos aquel ex compañero de la secundaria, de nombre Alejandro, a quien le decían Pájaro desde que estábamos en secundaria. Estaba otro al que le llamaban “Piolo”, otro más llamado César, y algunos más que francamente no recuerdo sus nombres en este momento. Éramos como 10 y eso hacía especialmente interesante tener partidas de Magic pues siempre había con quién jugar y con quién realizar cambios.
Aunque no tenía yo mucho dinero, usaba lo poco que conseguía para comprar Boosters y mejorar mis cartas. Inicié con un deck Negro/Verde pero luego pasé a Negro/Rojo y finalmente Negro/Azul, claro que por mi afición al horror nunca dejé el Negro. Nunca fui de los mejores pero me consideraba de los medianos, no tenía las mejores cartas pero tenía mis victorias de vez en cuando.
Las convenciones de Comics en Monterrey eran como el Super Tazón del Magic en mi zona, eran los lugares donde se juntaba el grupo que jugaba, se hacían torneos y partidas más profundas así como mayores compras y cambios de cartas. Aunque no fui a muchas, cada convención era un evento especial en el que los de la mañana y la tarde de la prepa, así como los de otras escuelas, se reunían a jugar. Se gastaba mucho dinero y se pasaban horas ahí, haciendo filas enormes y absorbiendo la nerdés del mundo.

Mi etapa jugando Magic fue intensa aunque no tan larga puesto que, cuando mi papá se enteró que no entraba a clases, claro que gracias a que reprobé y se me suspendió por protocolo, me cambió a otra preparatoria donde continué estudiando, peor ya sin estar cerca del grupo de jugaba. Así poco a poco comencé a olvidarme del Magic pese a que aún frecuentaba a Luis e incluso me lo llevé a esa preparatoria junto con Néstor, pues los tres tuvimos el mismo destino al no entrar a clases. Pero el Magic dejó de ser relevante al salirnos de la escena.
Sin embargo otro juego llegó a reemplazar al Magic en aquellos años, cuando ya jugaba poco y sólo veía a aquel grupo en contadas ocasiones. El juego era Pokemon y Luis entró a jugarlo (él entraba a todo); trató Luis de que me interesara en Pokemon pero honestamente jamás me atrapó; la razón: Algo totalmente mío y es que los monitos lindos de caricatura jamás me han gustado. Magic me interesaba por su estética oscura, el poder imaginario que emanaba, mientras que Pokemon eran monitos sonrientes con colores brillantes. Tuve un deck pero nunca le dediqué demasiado tiempo y hoy en día ni siquiera recuerdo cómo se jugaba.
Cuando me mudé de ciudad dejé atrás los Trading Card Games, en la pequeña Saltillo donde ahora vivía, no había esa… cosmopolita inercia de Monterrey. Hice amigos nerds pero estábamos más inclinados a los videojuegos, al anime y, sobre todo, al futbol. Así que en vez de pasar horas jugando Magic pasábamos horas jugando futbol, claro que bajé mucho de peso y gané condición física y finalmente se convirtieron en los mejores años de mi vida (artículo de eso aquí).
Vendí mi deck en 2003 para completar para un videojuego de PS2 y parecía que así iba a ser, que el Magic quedaría olvidado en mi vida.
Sin embargo tuve un pequeño resurgimiento en el 2010 en un evento que, afortunadamente, quedó registrado aquí en Nerdcast (léelo aquí) cuando Luis me convenció de ir con él a un torneo de Magic. Yo simplemente lo iba a acompañar pero él ofreció pagarme la entrada al torneo para yo jugar, él se quedaría con las cartas que yo obtuviera.

Pero aquel gusanito del Magic no me dejó renunciar a las cartas, me la pasé muy bien y decidí pagar mi entrada y conservarlas. Pensé que volvería a jugar e incluso compré algunos Boosters, pero a mi regreso a Saltillo no encontré un lugar para jugar así que nuevamente dejé el juego.
Mantuve mi amistad con Luis hasta su muerte en 2016, cuando Luis murió también lo hizo la posibilidad de volver a jugar Magic. Mis últimas cartas (aquellas del 2010) se mantienen guardadas y recientemente pensé que quizá valdrían algo así que me puse a buscar precios. No son tan caras como pensé pero en conjunto no están tan mal valuadas por lo que decidí ponerlas en venta. Si te interesa comprar mis cartas puedes hacerlo desde este vínculo de Mercado Libre.


Esa fue mi historia con los Trading Card Games, un tipo de juego que es más divertido que el crédito que muchos le dan. Actualmente juego Magic Arena de vez en cuando en el celular y por un amigo he estado jugando Clash Royale, aunque éste no es tanto un juego de cartas aunque posee ciertos elementos que me inspiraron a escribir este artículo.
Por cierto, si quieres jugar Magic Arena conmigo me encuentras como Jurgen#85733
Me encantó tu post tan nostálgico, que la pases bien 👍
Me da gusto que te haya gustado, saludos, espero leas más cosas aquí en Nerdcast
Me paso lo mismo en el 96 no fui a la prepa por jugar Magic, ahora con MTG Arena deberías de intentarlo, es gratis y divertido.