Metro 2033 es un libro ruso publicado en el 2002 por el periodista Dmitri Glujovski, es un ejemplo de cómo se puede conseguir el éxito literario gracias a internet. El libro logró colocarse como un bestseller y generó un par de videojuegos de los que ya hablé antes en un review.
Metro 2033 es una historia postapocalíptica sobre un holocausto nuclear en Rusia, en donde aquellos con la suerte de estar utilizando la red de metro subterráneo tuvieron la suerte de salvarse del cruel destino atómico. La enorme red de metro entonces se convirtió en el refugio de algunos miles de personas alrededor de Moscú, quienes terminaron por habituarse a un estilo de vida bajo tierra, convirtiéndose en prácticamente Morlocks.
En una de las estaciones del metro, las cuales fungen como ciudades, vive un joven llamado Artyom. Su estación ha sido frecuentemente atacada por unos seres de color negro que emiten ataques telepáticos que desesperan a quienes los reciben y les arrebatan las ganas de vivir o de lugar. Ese peligro es desconocido para el resto de los habitantes del metro y amenaza la vida como la conocen. Artyom es asignado con la tarea de llegar hasta la Polis, el centro cívico de la red de metro, y avisar a las fuerzas militares sobre el peligro que todos están enfrentando.
Si recuerdas mi review del juego, ahí mencioné que, pese a ser un buen fps, la historia dejaba mucho que desear pues no se profundizaba en varios de los conceptos que en ella se manejaban (los seres negros por ejemplo). Pensé que se habrían hecho cortes lógicos a la historia para que hubiese coherencia en un juego de disparos. Compré el libro (nada barato por cierto) con la intención de conocer más sobre la historia de Metro y sobre los elementos de la misma que ahí se manejan (pues los dos juegos que hay sí me gustaron) y debo decir que… es un buen libro aunque, al igual que los juegos, profundiza muy poco en muchos de sus propios elementos.
En literatura nunca había leído una historia realmente postapocalíptica, no es que no existan sino que no había leído una que tuviera esos conceptos que conocemos bien gracias a la serie Fallout. Sí, existen La Carretera y Soy Leyenda pero el primero es más una novela dramática (con un lenguaje muy rebuscado) y el segundo se acerca más a una historia de zombies que a una de holocausto nuclear. Lo que yo esperaba era un relato sobre desesperación, dificultad para sobrevivir, miedo y acción. Y eso fue lo que obtuve con Metro 2033.
Sí, es un mundo triste, desolado, sin esperanza en que los sobrevivientes viven en la oscuridad, en el subsuelo, se alimentan de ratas o de hongos, sus ojos se han desacostumbrado a la luz. Algunos sobrevivientes, los más viejos, recuerdan con nostalgia cuando vivían en la superficie, cuando el ser humano gobernaba el planeta. Las calles de Moscú ahora son pobladas por criaturas salvajes y monstruosas que lograron adaptarse a la radiación que mataría a cualquier humano que se atreviese a pasear por el Kremlin. Algunos valientes moradores del subsuelo salen a la superficie, ataviados con trajes aislantes y máscaras de oxígeno, y buscan entre los restos de la antigua ciudad cualquier cosa de utilidad que sirva, ya sea para entretenimiento, ya sea para supervivencia. Los moradores del metro han logrado adaptarse a su nueva condición y han desarrollado un sistema de “países” en los que existen reglas, leyes de tránsito, pasaportes, ideologías, conflicto y zonas peligrosas, ya sea por estar a punto del derrumbe o por estar pobladas por criaturas maquiavélicas o misterios terroríficos. Y Artyom deberá pasar por todas ellas en su camino hacia la Polis para advertirles acerca del peligro.
Durante su viaje el héroe se encontrará con diversos acompañantes que le ayudarán en su travesía, así como enfrentará numerosos obstáculos que pondrán a prueba su tenacidad y le llevarán a creer que es el destino el que lo está llevando a un camino más grande. Enfrentará mutantes, fantasmas, leyendas, peligros naturales e incluso la propia irracionalidad humana.
Metro 2033 es una crítica a la naturaleza humana de segregarse, de buscar ideologías que ven al resto de sus congéneres como opuestos. Cada estación del metro se convierte en un microcosmos en el que sus habitantes comulgan con una ideología que puede contraponerse a la de sus vecinos. Viven en guerra contra ellos mismos al mismo tiempo que enfrentan el reto de su supervivencia y la amenaza de seres mutantes. Es un ejemplo de cómo aún en las peores condiciones la humanidad buscará destruirse a sí misma.
Sin embargo, y al igual que los juegos, también incurre en ignorar mucha de su propia historia. Las diferentes y poderosas confederaciones son apenas mencionadas (no vemos a un solo integrante de la Línea Roja), las distintas criaturas nunca son explicadas e incluso los Negros (las criaturas que amenazan a la red del metro), apenas y aparecen pues, salvo algunos instantes al inicio y al final, son olvidadas una vez que Artyom se adentra al metro. Los nombres rusos de las diferentes estaciones resultan una molestia para estar recordando (la mayoría con nombres como “Smolenskaya”, y la propia ciudad de Artyom tiene el difícil nombre de VNDKh) y hay bastantes personajes, la mayoría similares entre sí, por lo que resulta difícil identificarlos unos de otros.
Sin embargo en general es un buen libro, con un lenguaje no muy complicado (salvo eso de los nombres), buen ritmo y personajes interesantes. Los temas que trata ponen de relieve la naturaleza humana y su búsqueda por sobrevivir a cualquier costo (en algún momento una mujer ofrece prostituir a su hijo pequeño), se pierde en algunas ocasiones y no da término a mucha de su propia leyenda pero resulta una lectura bastante agradable, cuyo clímax ocurre cuando Artyom debe llegar a la superficie, que es cuando mejor se pone la acción (la cual aún está lejos de terminar y jamás retoma tal nivel de intensidad).
Dmitri Glujovski publicó en 2002 su libro de forma gratuita en internet (y claro, en ruso) y logró suficiente éxito como para alcanzar una publicación internacional, un par de buenos videojuegos del género FPS (que puedes ver sus reviews aquí y aquí) y está en pláticas para una película. Definitivamente es una inspiración de lo que se puede lograr de forma independiente y espero que, cuando termine mi propio libro, siguiendo su ejemplo pueda lograr algo de lo que él logró.
Si quieres conseguir la novela te será un poco difícil y cara, yo compré la mía por Cafebrería El Péndulo y me salió en casi 500 pesos. Tenían pocas copias. La secuela, Metro 2034, es más sencilla de conseguir y más económica, ya la estoy leyendo y al veremos próximamente.
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