Cuando me embarqué en la aventura de convertirme en escritor sinceramente no creí que escribiría un segundo libro una vez terminado el primero; no me malentiendas, deseaba y deseo el éxito, sin embargo no creí que querría volver a escribir una vez finalizada la primera novela.
El Programa GAMER fue la culminación de mis sueños infantiles y juveniles, en esa historia tomé a muchos de los personajes que crecieron conmigo, que cree a los 15 años, a quienes he imaginado en incontables situaciones, y los coloqué en un mundo que, de algún modo, aún conservaba atisbos de los conceptos que les ayudaron a nacer. Así los videojuegos, el fin del mundo, la ciencia ficción en general, todo ello estaba íntimamente relacionado con el pasado de muchos de los personajes de mi primera novela.

En muchos aspectos, pese a ser mi primera novela, El Programa GAMER es mi magnus opus, es una historia más larga, más extensa y amplia, con muchos personajes y diversas ramificaciones; no por nada hubo de ser dividida en tres volúmenes que contienen más de 1200 páginas, las que me tomó cerca de 4 años en acabar completamente.
Y ahora llega Belial, una historia que no surge de mi infancia sino de mi adultez, una historia que ya no trata de la fantasía shonen del otaku/videojugador sino basada en la experiencia laboral, como psicólogo, de su autor. Y es que me ha tocado conocer el mal en el cuerpo de personas que no han podido evitarlo, yo mismo alguna vez fui una de esas personas.

Belial es una historia menos expansiva que El Programa GAMER, con menos pretensiones y mucho más oscura. Mientras que en El Programa GAMER se percibe un aire optimista, esperanzador, soñador; características clásicas del adolescente, etapa en que mucho de ese concepto surgió; Belial es una historia oscura, pesimista, amargada, vengativa, cínica; características de una etapa adulta que, quizá, no ha sido de las más disfrutables.
¿Qué es el mal? La respuesta a esa pregunta es lo que me ha llevado a escribir Belial. El mal no es un demonio (Belial sólo es un título y jamás es mencionado en la trama) ni tampoco es lo opuesto del bien; la maldad es la naturaleza humana, es lo más primitivo que hay en las personas. La maldad es lo animal que hay en nosotros.
Belial trata de esa maldad, de una maldad sustentada en el ejercicio del poder, un poder que está supeditado a la naturaleza del ser. El poder da rienda suelta a lo instintivo y lo instintivo es Belial.
En esta novela, mucho más corta que El Programa GAMER y con menos personajes e historias alternas que seguir, existe un foco, un tema mucho más distinguible que en mi primer libro. Gotnov, quien tiene una participación importante en El Programa GAMER, es el protagonista de esta historia y sus acciones son las que dan lugar a una aventura basada en el poder, el deseo y, sobre todo, en el instinto.
Para Belial tomé inspiración en la obra de Charles Dickens, David Copperfield, novela que trata de la vida de un niño (el mentado David), y las dificultades que enfrenta en el crecer. Asimismo me basé en la grandiosa obra de Fiodor Dostoievski, Crimen y Castigo, en la historia de la decadencia y el bajo mundo donde las ideologías luchas frecuentemente.
Todo ello unido bajo un tema muy conocido en mi México: el crimen organizado.
El Programa GAMER es una historia militar, sobre soldados, disparos, heroísmo, sacrificio, armas, monstruos y aventuras; jóvenes emocionados se lanzan a la batalla bajo la promesa de “vivir el videojuego”. En toda esa larga historia existe un cierto optimismo latente, una sensación de “qué bueno que esto está ocurriendo”.

Belial es una historia de desesperación, de personas que no aceptan vivir bajo los límites que se les han impuesto; de abuso del poder, de injusticia, de maldad; pero es una historia de maldad visto desde el punto de vista de la maldad y enfrentada a la maldad.
La villanía, el antagonismo, el “big bad”, son siempre, en mi opinión, los aspectos más interesantes de una historia; tanto lo son que cuando el villano es débil la historia sufre. ¿Por qué no hacer una novela basada en pura villanía? La idea de dos malosos enfrentándose siempre me ha gustado y era de lo que más disfrutaba al ver un ánime o una película, pues es cuando se logra ver un aspecto diferente de esos sujetos que han hecho añicos a la sociedad.
En El Programa GAMER sentí que mis villanos, los sheitans, tenían la desventaja de ser criaturas, no sujetos; eran una amenaza muda, latente y reaccionaria; la historia se enfocaba más en los héroes y en sus interacciones. Por eso incluí un villano humano, un villano con voz, ese era Gotnov; sin embargo incluso él, al están en un mundo rodeado por la muerte y el fin de los tiempos, puso su maldad al servicio de otros intereses.

Ese mismo Gotnov ahora toma un papel central en Belial y nos ayuda a ver el mundo con los ojos de alguien distinto, alguien que ha soltado sus represiones, sus limitantes, y que por ello amenaza la estabilidad y la vida de los demás.
Así que la diferencia más notable es el tono, El Programa GAMER es optimista, es una aventura que cumple un sueño; Belial es pesimista, habla de decadencia y de lo horrorosa que es la sociedad. Son dos novelas con temáticas diferentes y tonos distintos que cohabitan en el mismo universo y que, si leíste El Programa GAMER, convergen.
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Entrevista El Programa GAMER Periódicon Zócalo.
Entrevista Belial Periódico Vanguardia.
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