La generación actual no se ha sentido realmente como un cambio generacional, al menos no como en el pasado, y es que siguen saliendo juegos inter generacionales que poco hacen por verse realmente diferentes. Así es que esta era de Xbox Series X y Playstation 5 no nos ha traído videojuegos que nos hagan sentir que estamos en una nueva era.
Elden Ring no logra cambiar eso en el apartado visual pues se mantiene como un juego que poco se destaca en lo gráfico respecto a lo que veníamos jugando en Xbox One y Playstation 4, tan poco se destaca que lo puedes jugar en esas plataformas. Sin embargo no todo es la apariencia ya que Elden Ring ofrece mucho más que gráficos.

No soy fan de los juegos de From Software ni de los Souls-Like, sin embargo poco a poco parece que eso está cambiando pues disfruté mucho los dos juegos de The Surge, así como Fallen Order y amé Sekiro como un verdadero loco. Así es que cuando salió Elden Ring y se llenó de críticas positivas ya tenía yo suficiente trasfondo como para decidir jugarlo sin miedo a la dificultad.
Y el juego resultó ser fantástico gracias a ese mundo abierto que se combina de forma tan bien con el sistema de juego. Elden Ring te permite desde el comienzo explorar el mundo sin tanto problema al no llenarte de íconos que te confundan, simplemente eres suelto en el mundo para explorar con la menor información posible y eso es liberador, sin duda impondrá una nueva forma de jugar los títulos de mundo abierto.
Lo primero con lo que te topas en Elden Ring es con una introducción donde señala a varios personajes y una historia de fondo que después no volverás a ver por un buen rato, y es que si quieres historia en Elden Ring tienes que trabajar por ella. Tras un extraño tutorial donde el primer jefe barrerá el suelo contigo saldrás al mundo exterior donde un caballero montado llamará tu atención y te pateará el trasero si decides probarlo, yo lo hice y el maldito me siguió hasta una iglesia a la que me metí, pensando que estaría seguro, sólo para que el esperpento destruyera los muros y me mandara a mejor vida. Tras varios intentos me di cuenta que sería mejor dejarlo para después, explorar el mundo, aprender a jugar y luego volver a por él.

Hasta que no entiendes eso es que comprender la mecánica de Elden Ring pues, a diferencia de otros Souls-Like, ahora no es un mundo interconectado que genera callejones donde existen barreras de dificultad mortales sino que puedes construir tu historia a tu antojo y es así como debes jugar. Si simplemente sigues el camino indicado sufrirás al toparte con grupos de enemigos que te harán la vida imposible. Tan pronto llegué a la puerta que lleva rumbo al castillo de Stormveil me topé con media docena de guardias armados y un maldito gigante que me hicieron darme cuenta que debía montarme en mi caballo y huir a toda costa, dejando atrás las runas que me harían más fuerte.
Al llegar a Margitt en Stormveil me di cuenta que, por lo anterior, estaba muy débil para adentrarme ahí por lo que sufrí más que en cualquier momento del juego, cada combate era peligro de muerte y avanzaba con la esperanza de encontrar un nuevo sitio de gracia, derroté a los jefes con trampa, atorando al Grafted Scion y al Lobo de Radagón en un portal donde no podían atravesar para acabarlos con flechas y así fue que logré llegar a Godrick quien me despedazó.
Así que empecé a explorar el sur de Limgrave y encontré mejores armas y armaduras, vencí a varios jefes opcionales dentro de calabozos, cuevas y prisiones, me sentía fuerte y me despedazaron de nuevo. Continué buscando un arma adecuada y una vez que la encontré todo cambió. Resulta que el arma hace al juego, pasé de tener un Gran Espadón de Calidad +3 a tener la Meteoric Ore Blade que pude encontrar gracias a una guía que me llevó a adentrarme en una región a la que no estaba preparado, pero fue entrada táctica, entro y me voy y con eso el juego cambió totalmente. Al tener la Meteoric Ore Blade pude vencer a Margitt y a Godrick, además de acabar con la Península de Morne y el resto del juego cambió totalmente.

Avancé por Liurnia of the Lakes, Mt Gelmir, Althus Plateau, los ríos SIofra y Ainsel, Nokstella y Nokron e incluso a través de Caelid sin problemas, despedazando a mis enemigos y volviéndome más poderoso. Elden Ring dejó de ser difícil en ese momento y me puse a cazar a cuanto jefe encontrara en mi camino, incluso los legacy dungeons dejaron de ser un reto, Raya Lucaria, Volcanic Manor y Leyndell tuvieron una diifcultad media pero no tenía que reiniciar más de dos o tres veces para lograr avance.
La dificultad volvió a despuntar al llegar a las Montañas de los Gigantes, Lago de la Podredumbre, el palacio de Moghwyn y las raíces profundas, llegando a su tope en Haligtree, Elphael y Farum Azula, volviendo a bajar en la recta final del juego.
Finalmente lo terminé con el final Age of Stars de Ranni, derroté a Radahn, a Malenia y a Placidusax y llegué a esta conclusión.

Elden Ring es un gran juego, el mejor de la generación, pero hubiera sido mejor si tuviera la mitad del contenido.
Es un título que hace mucho, tanto que termina por saturar y ser inútil. Hay una cantidad enorme de armas y armaduras que jamás usarás puesto que el juego está definido en ciertas armas. Muchísimas Cenizas de Guerra inútiles puesto que las mejores armas vienen con habilidades que no se pueden remover y espíritus de invocaciones que jamás usarás puesto que con la lágrima mimética y Tiche la asesina tienes más que suficiente para acabar el juego.
A eso súmale decenas de cavernas y calabozos repetitivos donde reciclan los mismos enemigos y jefes, hace que el juego eventualmente pierda parte del encanto. Tras 80 horas (que no es poco), realmente ya sólo quería acabarlo.
Hice prácticamente todo, dejando de lado un calabozo y dos tumbas de héroe que simplemente me cansaron. Derroté a prácticamente todos los jefes opcionales, hice todas las quests y conseguí las mejores armas y armaduras y puedo decir que, al menos en mi opinión, el juego hubiera sido mucho mejor si tuviera menos contenido.
Tanto jefe reciclado y armas que sólo sirven para almacenar no aportan nada al juego, hubiera preferido una experiencia más enfocada y más corta. Así como está Elden Ring se siente como un juego alargado artificialmente, uno que bien pudiera durar 80 horas al máximo nivel y que, en vez de eso, se va a 150 horas de las que las últimas 70 son una repetición de las primeras y en las que el sentimiento de descubrimiento es disminuido.

La dificultad es alta pero no al grado de Sekiro o The Surge, en esos dos estabas bloqueado al llegar a cierto punto donde un jefe bloqueaba tu avance. En Elden Ring siempre puedes explorar algo más y ganar poder que facilita el juego. Así es menos frustrante ya que constantemente logras avance, pero para llegar a eso también debes desprenderte de jugar como quieres y en vez de eso obedecer las reglas del juego, dejar fuera la habilidad y enfocarte en espamear subiendo Fe, Arcano e Inteligencia puesto que las mejores armas usan esas habilidades. Cuando dejé de lado la Meteoric Ore Blade, que es un arma de fuerza, y pasé a Moonveil, Sword of Night and Flame y, especialmente, a Rivers of Blood, casi nadie podía hacerme frente ya que finalmente jugaba como el juego quería que lo hiciera.

La dificultad es desigual pues inicia bastante difícil, llegando a la cúspide en Stormveil, el primer calabozo principal para el que no estás preparado. Pero posteriormente entra en un estado muy fácil donde destrozas a todos los enemigos. La dificultad sube al final donde simplemente el juego comienza a hacerte más daño por ataque y especialmente gracias a ciertos movimientos que te oneshotean, especialmente con Malenia y Placidusax, lo cual es una dificultad falsa ya que no depende de tu habilidad sino de la suerte de que no lo hagan o que lo hagan mientras estés en donde debes estar.
Acabé el juego y derroté a los jefes más difíciles pero no sentí haberlo hecho por mi habilidad sino por el build, simplemente espamee Rivers of Blood hasta que mi enemigo moría. Sólo Placidusax era inmune a eso y tuve que osar otra arma, con la que lo derroté a la primera espameando su propia habilidad. Comparándolo con Sekiro donde sólo podías ganar si sabías jugar, siento que Elden Ring es un retroceso en cuanto a gameplay pues la precisión y memorización son secundarios a tu build y tu arma.

Por eso, y por no saber contar una buena historia, que es MUY BUENA pero NO LA CUENTA, es que pienso que Elden Ring es inferior a Sekiro. Es un muy buen juego al que le metí muchas horas y que me obsesionó al grado de que dejé Nerdcast por varios meses sólo para acabarlo. El tiempo libre que tenía era para Elden Ring, pero eso más tiene que ver con el estado actual de la industria que por el juego en sí.
Elden Ring probablemente sea el GOTY y sería un justo ganador por todo lo que se ve. Me gustó muchísimo pero no alcanza la máxima calificación posible. Tiene cosas muy buenas sin duda pero no me dejo llevar por la emoción y veo el juego con ojos críticos y sí, otros títulos de la generación anterior son mejores.
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