¡Maniático estúpido, lo arruinaste todo; maldito seas, malditos sean todos!
Se los advertí, ¿no se los advertí? Sí que lo hice. En mi viejo artículo de 2011: “El futuro de las revistas de videojuegos”, comenté acerca de algo que se veía venir, la muerte de una de las tradiciones más nostálgica de la primera generación de videojugadores; no sólo eso sino que les dije cómo evitarlo. ¿Sabes qué? No me hicieron caso.
A finales del 2015 la última revista importante de videojuegos mexicana colgó los tenis, Game Master, la revista desarrollada por algunos ex Atomix dejó de existir y se unió a EGM, Atomix, OXM y muchas revistas más en el cielo de los medios impresos de videojuegos (quedando Club Nintendo en coma y cercano a su muerte).
Leer estas revistas fue parte fundamental para cimentar nuestra pasión por los juegos de video; buscar a inicios de cada mes nuestra revista favorita en las tiendas o puestos de periódico para felizmente encontrarla y correr de vuelta a casa, pasar las páginas una tras la otra, ver las fotos de los juegos por venir, leer estrategias, tips, trucos, todo ello hacía que desearas el juego y pensaras en jugar a todo momento, no sólo jugabas sino que anticipabas el momento de jugar, ello gracias a las revistas de videojuegos.
Y ahora eso quedó en el pasado, las nuevas generaciones no conocerán lo que es esperar un juego por meses, quizá años, con nada más que algunas fotos. No sabrán lo que es el olor del papel impreso, no dedicarán un tiempo determinado a leer sobre su pasatiempo favorito pues ahora todo es “on demand”, ello hará que las nuevas generaciones no conozcan más allá de lo que inmediatamente les interesa y, por consecuencia, no adquieran nuevos intereses.
¿Qué pasó? En primer lugar pasó el internet, el medio por el que todos nos informamos y, aún más importante, lo hacemos gratis. La inmediatez y gratuidad del servicio que ofrece internet era un enemigo más poderoso que cualquier Weapon de Final Fantasy VII, un obstáculo más infranqueable que el Turbo Tunel de Battletoads. ¿Por qué habrías de pagar 35 pesos por una revista con noticias e información atrasada cuando por cero pesos la obtienes antes y en internet?
Sí, la lógica era aplastante, no había ninguna razón para comprar una revista de videojuegos, incluso yo dejé de hacerlo un par de años antes de su inevitable final pues dejé de comprar Game Master ya que simplemente no me acabó por gustar, pero todos perdemos mucho con esto.
Perdemos calidad, si bien seguiremos contando con tips gracias a Gamefaqs, reviews gracias a múltiples sitios de internet y noticias gracias a esos mismos sitios, lo que se pierde es la calidad con la que se da a conocer la nota o con la que se expresa la opinión. Internet es una selva sin editores, sin correctores de estilo, un lugar donde cualquiera puede llegar y escribir lo que se le venga en gana de la forma que lo crea conveniente. Esto nos lleva a una cantidad nunca antes vista de contenido pobremente redactado o editado. Las nuevas generaciones seguirán recibiendo la información pero no de calidad, vivirán la era de la “comida rápida de los videojuegos” o sea tendrán sabor pero no nutrientes.
Las revistas de videojuegos nos ofrecían un mínimo de calidad, sí, te iban a costar pero había un grupo de profesionales (aunque en ciertos casos pareciera que no fuese así) que se aseguraban de que lo que estabas leyendo tuviera coherencia, sentido y que fuera amena. Era imposible pasar las páginas de una vieja Club Nintendo sin reír alguna ocasión por un chiste de Gus o carcajearte por los albures de Densho en EGM en español. Obtenías la información sí, pero además te la pasabas bien al hacerlo, leer tu revista no sólo era informarte, era un ritual en que aprendías algo (aunque sólo fueran sandeces). Aprendías a leer (si tenías la edad), a escribir (si tenías el interés), a diseñar (si no alcanzabas a leer los textos de CN gracias a esos horribles fondos que juraste jamás hacer). Leer una revista te educaba sin que te dieras cuenta, lo hacía porque quienes la escribían eran profesionales, estaban conscientes de la responsabilidad que tenían para contigo, el lector, y dabas su mejor esfuerzo para darte contenido de calidad. ¿Crees que tus sitios web gratis se toman la molestia de hacer eso? Claro que no.
En un mundo donde la gente desea la información inmediata y sólo del tema de su interés, ya no hay tiempo para el tiempo, o sea, ya no se nos permite disfrutar de la espera, saborear el conocimiento, la incertidumbre. El videojugador desea todo ya y las sorpresas han quedado enterradas en un mar de información sencilla y gratuita. ¿Recuerdas cuando Club Nintendo se negaba a dar tips de estrenos porque luego le quitaban el sabor al juego? Antes debías luchar para ver un final, ahora sólo pones YouTube y alguien ya acabó el juego.
Hemos perdido la capacidad de conocer más allá de lo que nos interesa actualmente, con ello nuestros intereses se reducen a sólo lo que tenemos en frente. Con EGM en español podías ser fanboy de Sony, Nintendo o Microsoft pero conocías lo que cada compañía hacía y, quizá, algún día te interesarías en esa odiada compañía rival. Fue así que yo, de ser nintendero pasé a Sony y eventualmente a Microsoft, gracias a conocer lo que otras compañías hacían, lo que jamás me hubiera pasado si me hubiera dedicado sólo a buscar la información que inmediatamente quería.
Todo eso lo han perdido las nuevas generaciones pero hay algo que todos perdemos, la información más allá del juego mismo. Existimos en internet muchos tipos interesados en este tema que tratamos de hacer las cosas bien y dar alguna opinión respecto a algún tópico pero, a fin de cuentas, somos seguidores, hablamos o escribimos en base a una información que alguien más obtuvo más no tenemos acceso directo a la fuente. Las revistas de videojuegos tenían eso, acceso, medios, recursos. Gus tenía contactos en Japón, Carqui entrevistó a Peter Moore e incluso Óscar Yasser se aventaba sus viajes al E3; en otras palabras, no eran repetidores sino fuentes, por ello podían ofrecer algo que iba más allá del juego. Por más que me duela decirlo, eso es algo que los escritores independientes jamás podremos lograr a menos que tengamos muchísimo dinero para viajes a otros países (cosa que muchos no tenemos).
Claro que quedan sitios especializados que cuentan con los recursos para casi esa información, LevelUp, Atomix, IGN y páginas estadounidenses aún mantienen un poco de lo que hacían las revistas, dependerá de ellos el retomar en el mundo digital el estilo que el mundo impreso tenía, y sólo lo alcanzarán si son tan estrictos en sus reglas como las que existían en el papel.
Al final mi idea de una revista llena de contenido exclusivo (reportajes, entrevistas, artículos humorísticos) no se cristalizó, nadie lo intentó hacer, nadie estuvo dispuesto a desprenderse de las reseñas y noticias. El resultado fue la desaparición. ¿Hay esperanza para el medio impreso?
Tal parece que no pero tengo una idea que quizá ayude. Olvidar el formato mensual y de revista, volver al folletín semanal o quincenal (como inició Club Nintendo) y ofrecer la información impresa… GRATIS. Sí, olvidar por un momento el concepto de venta de revistas y enfocarse en dar a conocer la información del modo mediante folletos pequeños, constantes y gratuitos. Y no, no es que los que lo hacen deban olvidarse de comer, no digo que todo sea gratis, después de todo aún la impresión más pequeña y de peor calidad cuesta, hablo de que las empresas de videojuegos entren al quite; que MS, Sony, Nintendo,EA, Ubisoft, etc desarrollen sus propios folletines de productos con sus estilos característicos, que el dinero llegue de la venta de juegos, consolas y accesorios, que la publicidad y promoción tenga un peso y un valor. Entiendo que no es fácil pero… así empezó Nintendo en México.
Sí, eran otros tiempos y lo que antes funcionara no necesariamente volverá a funcionar ahora. Quizá sólo es mi deseo de que las revistas se mantengan, quizá sea mi nostalgia por pasar a la zona de revistas de una tienda y hojearlas, conocer nueva información, volver a sentir la anticipación que sentí cuando era niño.
Al final sólo hay una realidad, las revistas de videojuegos en México ya no existen y la culpa de eso es de todos nosotros.
Desesperación. En vano, pero no deja de existir ese sentimiento en mí al momento en el que leo este artículo. Yo también crecí con el medio impreso, y todo empezó con una Game Master del 2011 que tenía de portada a la PS Vita. En ese entonces los videojuegos, en mayúsculas, no eran más que un pasatiempo, una forma de disfrutar un rato y nada más, pero fue gracias a esa revista que se me presentó un mundo impensable: periodismo de videojuegos. ¿Queeeeé? ¿La gente escribe sobre el GTA que juego? Adquirí un sentimiento de responsabilidad para con el medio. Mi paradigma cambió, y percibí al videojuego de otra manera. Una seria, pues entendí que detrás de todo esto hay personas con visión, gente que tiene algo qué contar. Si bien mucho de esto se perdía en la revista, pues muchos artículos no iban más allá de la repetición de fuentes sin presentar algo original, encontré honorable sin duda las ganas de querer escribir sobre un juego.
Pero sí. Es culpa de todos nosotros que esas ganas de querer escribir no vayan más allá. Indiferencia de muchos, apatía de otros tantos, el periodismo de videojuegos no va a cambiar si el consumidor no cambia. Un ejemplo claro de esto es que muchos de los que compraban la OXM la compraban sólo por el disco que traía, nada más. Entonces, ¿qué se tiene que hacer? ¿Se debe crear una conciencia por medio de otros recursos? Me quedo con esa pregunta que sin duda me molesta mucho. No por nada títulos como COD o Assassins Creed siguen allí, con mucho contenido pero sin nada de calidad (que se entienda que no hay sustancia, pues «bien hechos» están). Mmm… el eterno dilema de calidad-cantidad.
Espero que el panorama en general cambie, y que esfuerzos como los que realizan tú, Jorge, y la demás gente que contribuye en esta web, den frutos a largo plazo.
Un saludo.