Una experiencia que no tiene fronteras, la cúspide de diversión de todo niño, quedarse a dormir en la casa de un amigo equivale a días completos de diversión ininterrumpida.
Algo que parece repetirse en la vida de todo niño, sea nerd, bully o lo que sea, es que en algún momento se dará cuenta que una tarde no es suficiente para divertise cuando se está con los amigos. Sí, es divertido juntarse un rato pero en la infancia, cuando no existen otras obligaciones, terminando la tarde no tendrás nada mejor qué hacer, por eso se inventaron las «quedadas a dormir».

Regresemos en el tiempo (otra vez) a aquellos años en que íbamos a la escuela de lunes a viernes y para la 1 pm ya estábamos en casa, comíamos, hacíamos alguna tarea y después… la tarde era nuestra!!!. Ya sea que pasáramos la tarde pegados a Canal 5 o jugáramos con nuestro Nes o Snes, nuestra mente estaba clara, simplemente nos íbamos a enfocar a nosotros. Y si algún amigo, vecino, primo llegaba de visita (o tú lo visitabas) pues qué mejor, la diversión se duplicaba. Y entonces llega el fin de semana.

El momento mágico, el más anhelado por todo niño, la hora de salida de la escuela del viernes, toda la tarde de ese mágico día, además de un sábado y un domingo ENTEROS para disfrutar, y es ahí cuando muchos descubren la magia de quedarse a dormir en casa ajena.
Una tarde nunca es suficiente, entre jugar videojuegos, ver tu capítulo de Dragon Ball, cenar, ir a rentar más videojuegos, simplemente un par de amigos no podrían jamás darse abasto, eso a menos que uno de los 2 se quede a dormir. Con eso la barrera del tiempo es destruída, la noche deja de ser un obstáculo y sabes que no sólo tendrán esa tarde y gran parte de la noche sino además casi toda la tarde siguiente.

Una de las mayores ventajas de quedarse a dormir es que las mamás tienden a respetar esos eventos. Si estás por tu cuenta en tu casa seguro no podrás dedicarte únicamente a tí, siempre habrá la necesida de ir a comprar leche o hacer algo que tu mamá te encargue, pero cuando tienes un amigo contigo suelen retirarse un poco. Eso significa concentración absoluta en la diversión, videojuegos, televisión, lo que sea.
En mi infancia, apenas llegaba el viernes solía juntarme con un primo (en realidad es mi tío pues su papá es tío de mi papá pero éste chavo es 2 años menor así que era más cómodo llamarle primo) que vivía cerca, nos íbamos a rentar uno o dos juegos (pues él era de dinero) y pasábamos toda la tarde videojugando hasta que llegaba la hora de alguno de nuestros programas de tv favoritos (en aquel tiempo Salvados por la Campana), después una agradable cena en casa ajena y nuevamente más videojuegos, pasar hasta altas horas de la noche jugando los juegos rentados (y los que ya teníamos) y hacer el acuerdo solemne de que el primero en despertarse levantaría al otro para ver el capítulo semanal de Caballeros del Zodiaco. Era una tradición y una diversión ininterrumpida (aunque para la tarde del sábado todos quieren ya irse a sus casas).

Poco después la mamá de este primo decidió poner un negocio de videoclub y… la gloria. Decenas de juegos listos para jugarlos cuando aún no los llevan al local. De ese modo conocí gran variedad de juegos del último periodo de vida del Snes que de otro modo jamás hubiera podido jugar. Y claro, además podíamos ir a rentar gratis, y aunque sólo nos daban 2 juegos, el dinero que ahorrábamos servía para botanas y dulces.
En otras ocasiones, cuando Luis ya podía usar el camión con menos temor a ser violado por el chofer, él solía visitarme cada fin de semana y ahora yo era el anfitrión. Como ni él ni yo teníamos dinero la mayor parte del tiempo nos conformábamos con jugar los juegos que ya teníamos o sólo rentábamos uno. Así inició nuestra interminable rivalidad en juegos de pelea o nuestras grandes hazañas en Contra 3, Battletoads in Battlemaniacs, Brawl Brothers, King of Dragons y tantos más. Luis solía llegar en la tarde del viernes y se iba hasta la noche del domingo (ya que no quería que el esfuerzo de tomar camión se desperdiciara). Aunque también le llegó a tocar algo de la época de Caballeros del Zodiaco, la era donde Luis llegaba a mi casa fue después de cuando yo acostumbraba visitar a mi primo.
Pero la edad siempre nos alcanza y las quedadas a dormir son algo que se complica cuando llegas a la adolescencia o adultés, pues no mucha gente cree que de verdad tu amigo llegue a dormir a tu casa para jugar con la consola… pero chistes homoeróticos fuera, la edad se convierte en un factor que dificulta las quedadas a dormir.

Cuando cumplí 20 años mi papá tuvo la «brillante» (nótese el sarcasmo) idea de irnos de Monterrey para vivir en Saltillo, sin ninguna razón en especial pues no teníamos ni familia ni él tenía trabajo ahí, finalmente se le cumplió el capricho y dejamos una de las mejores ciudades de México donde tenías todo lo que pudieras desear para vivir en una ciudad pequeña y aburrida (en serio, el primer año había 3 cines en la ciudad, nada más).
Obviamente la distancia dificultó y al mismo tiempo facilitó la tradición de las quedadas a dormir puesto que ningún amigo que tomara carretera para llegar hasta Saltillo se iría dando las 8 pm. De ese modo cuando Luis llegaba a venir de visita solía llegar el viernes en la noche e irse hasta el domingo en la noche, reviviendo aquellos años de infancia y simplemente jugando videojuegos (y viendo futbol).

Pero nuevamente la edad y las obligaciones se convierten en un problema y cuando la época de escuela termina e inicia la vida laboral, las cosas ya no son nada sencillas, el trabajo es mucho más absorbente y, en mi caso, exige los domingos, por lo que aquella tradición se ha perdido, pero eso no la hace menos memorable, además de que las quedadas a dormir son algo para la infancia, son el momento especial que todo niño espera y, aunque la edad y las obligaciones nos quiten de esos momentos, en algún lugar hay 2 amigos jugando videojuegos un viernes por la noche y a uno súbitamente se le ocurrirá: «oye, ¿y si te quedas a dormir aquí?» y la tradición iniciará nuevamente.

O tambien puede empezar con un , donde dejamos al guerco para irnos de parranda ???
como lo pensaron mis papas , vieron a los papas de Jorge y les dio confianza , por eso me dejaro ahy esa noche 😀
Si, tambien tiene esa ventaja para los papas del niño que se queda en casa ajena. Es otra de las ventajas de esta tradicion, permite a los padres un poco de provacidad, a cambio de joderle la vida a los padres del otro niño.
mas bien era tu tio abuelo era papa de tu tio ,
Oscar si nos estas leyendo , te extrañamos
Yo nunca fui muy sociable. Pero de quedadas con amigos sólo me acuerdo de quedarme con mi primo: El moras (el bully de la escuela), un amigo el cual aún sigo viendo llamado el Robert y una amiguita de la escuela llamada Jacqueline.
De esa epoca mis mejores recuerdos vinierón con juegos cómo Contra 3, World Cup 98, los Fatal Fury, Mario Kart 64 entre los primeros qué me vienen a la mente.
Ahora es mucho más dificil verse con otra persona porqué nuestras obligaciones nos vienen quitando tiempo, pero está es una costumbre qué no deberia perderse. Muy buen artículo, me sentí muy identificado.
Eso es a lo que yo me refiero, lo que platicas aqui yo creo que fue el estilo de vida de TODOS los niños regiomontanos en los 90s; esas magicas tardes ya despues de las 5 ha que bajara un poquito el sol jeje, eran solo el comienzo de toda esa diversion, primero jugar futbol (el problema era conseguir el balon) despues jugar a los «atrapados» o a las «escondidas», normalmente los videojuegos los dejabamos para el fin de semana cuando no exisitia el impedimento de irse acostarse temprano.
Uno crece con la idea de que todos en Mexico crecimos asi pero NO!! Ahora en mi trabajo que he conocido a gente de otros estados de la republica contemporaneos a mi ( nacidos entre el 87 y 90) me di cuenta de que no todos pudieron disfrutar de eso, incluso tuve un compañero, ya renuncio que me dijo esto: «tu pudiste disfrutar eso de niño porque todos los regios son ricos, no todos tenemos dinero» No tuve palabras con que responderle, pero al menos pienso yo no es necesario ser «rico» para llevarte unos buenos recuerdos de cuando jugabas videojuegos con tus amiguitos, al menos eso creo yo.
Saliendo se un poco del tema yo he visitado saltillo al menos de paso y con todo respeto, la ciudad me gusto mucho tiene un clima mucho mas templado que en mty, y lo que mas me encanto La Alameda wow!! ,que bonita plaza con su lago y esos grandes arboles; un lugar hecho para descanzar, no como la Alameda de mty que es muy conocida por ser el punto de reunion de posss ya sabes. Es mejor la macro.
Un saludo y cuidense
Efectivamente como lo describe, también en Ciudad de México pude vivir de esta experiencia con mi primo que ya que vivia en la casa de a un lado, y con un amigo que sus padres tenian un bazar los fines de semana y en lo que vendían nosotros jugabamos, tambien es cierto que en esa época reciente del nintendo y supernintendo los precios eran elevados y no ayudaba mucho su popularidad en México ya que muchos no sabían de que se trataba, (no así en Estados Unidos) pero uno bien se las arreglaba como podía para hacerse de una consola, en mi caso tardé años pero lo logré, ya tenia memorizados todos los trucos que leía en la revista Club Nintendo y el programa Nintendomania con Gus Rodríguez pero no tenía la consola, aún asi podías ir a las «Maquinitas» que eran los locales de Videojuegos donde por por unos pocos pesos podias canjear tus monedas y dependiendo de tu habilidad jugar por horas, o aplicar la «Prueba» del videojuego en los centros comerciales para jugar gratis jajaja nonpasaba que los vendedores te preguntaran lo vas a comprar? Y respondieras con una sonrisa claro en un momento vienen por mi y lo compro… y la otra opción era ir a la casa de un amigo que ya lo hubiera comprado y llevar la botana que dejaba los controles llenos de grasa 😉 pero asi podias presionar mas rapido las combinaciones de poderes sin que te salieran ampollas en los dedos de tanto jugar. Gracias por compartir y saludos!