Ok, sé que no estamos ante un artículo humorístico ni específicamente nerdo, pero tuve que escribirlo para una tarea y, pues, qué más da. COmo sea seguiré publicando los artículos tradicionales que tanto te gustan, ve esto como un plus.
Hace unas dos semanas se dio en la escuela donde estoy terminando mi carrera de Psicología una conferencia (de hecho eran tres) acerca de temas de interés para psicólogos y pedagogos, como algunos maestros pidieron un resumen aquí está el mío, escrito de la manera analítica que me caracteriza pues en vez de simplemente escribir lo que se dijo preferí hacer un semi artículo en que pueda explicar por qué razones me agradaron o desagradaron las diferentes conferencias… y el hot dog que me dieron estaba frío.
PD: El texto tiene errores de dedo, no me di cuenta y así lo entregué, ups.
Conferencia 1: Neuropsicología
El maestro Juventino Cortez Gómez impartió la conferencia sobre neuropsicología la cuál inició con una pregunta cuyas respuestas eran obvias:
¿El cerebro tiene qué ver con la conducta?
Dado el hecho de estar presenciando una conferencia de Neuropsicología en una facultad de psicología y obviando el hecho de que la especialidad contiene en sí misma la palabra PSICOLOGÍA en ella entonces podemos darnos cuenta que la forma de iniciar su conferencia fue inútil, sí, el cerebro tiene qué ver con la conducta, lo que nos interesaba saber era por qué.
El origen de la neuropsicología, de acuerdo con el maestro Cortez, viene desde la frenología, una ciencia antigua, la primera en recibir el mote de pseudociencia, que estudiaba la conducta y aptitudes basándose en la forma y protuberancias del cráneo. Los resultados de la misma eran en sí dudosos pues diversos accidentes podían alterar momentáneamente la forma del cráneo.
Sin embargo los estudios de la Neuropsicología indican que ciertas lesiones en el cerebro de hecho afectan de forma directa y severa a la conducta del individuo, teniendo de referencia diversos casos sucedidos en personas que sufrieron algún accidente y cuyas conductas se modificaron de forma notoria después de recuperarse del mismo.
Como referencia nos habló de los casos TAN y de Phineas Goge, siendo el primero acerca de una persona que no tenía la capacidad de comunicarse mediante el uso del lenguaje y sólo podía decir TAN mientras que el segundo se trató de un individuo que sufrió un accidente que dañó su cerebro y cuya conducta cambió de tranquilo a agresivo. En ambos casos diferentes lesiones cerebrales fueron las que propiciaron el cambio o alteración de la conducta.
Ambos casos ayudaron a estudiar e identificar las relaciones cerebro/conducta y se comprobó la relación del cerebro con el lenguaje y la diferencia entre las funciones de los hemisferios.
La Neuropsicología se divide en dos: básica y clínica. En la básica se estudia en comportamiento normal mientras que en la clínica se estudian las anormalidades en la conducta y/o el lenguaje.
El maestro Cortez hizo énfasis en la multidisciplinariedad, la participación de varias ramas de la salud mental para tratar a los pacientes afectados, siendo las ramas involucradas: Neurología, Psiquiatría y Psicología.
Sin embargo y pese a todo lo expuesto, no puedo evitar sentir que ésta fue una conferencia chata y gris, una en la que el maestro enfocó su área de estudio como si diera una clase en un salón de clases, esperando que los alumnos tomaran apuntes y dejando tarea al final, falló en lograr un fuerte interés en la audiencia sobre su rama, la cual es muy interesante, pero no pudo darle el enfoque adecuado, las respuestas a las interrogantes eran lógicas y el objetivo de la Neuropsicología, tal y como él la planteó, es el mismo que en cualquier otra rama de la Psicología, la reinserción o rehabilitación de los pacientes a la sociedad para que sean funcionales, y por esto mismo es que me pareció una conferencia inútil pues no diferenció su rama de ninguna otra ni arrojó una nueva luz a los misterios de la mente. Definitivamente me interesa la Neusopsicología pero no por esta conferencia.
Conferencia 2: Nuevos maestros para nuevas familias
Pese al nombre tan aburrido con el que el doctor Jesús Amaya Guerra inició su conferencia, una de la que esperaba quedarme profundamente dormido, resultó ser, sin dudaralo y gracias a la reacción de la audiencia, la mejor, más provechosa y en general más interesante de las tres conferencias presentadas.
La conferencia trató de algo que todos vemos y en lo que todos nos identificamos y se puede resumir en esta frase: ¿Son los hijos de ahora peores que los de otros tiempos? Y pese a que la respuesta va ligada directamente al viejo adagio que impera: «Todo tiempo pasado fue mejor» la forma en que el doctor Amaya expuso su planteamiento hizo que de verdad nos interesáramos.
Su conferencia general fue acerca de casos en que los hijos ya no respetan a sus padres, de cómo los jóvenes de hoy en dpia son mentalmente más fráfiles que los que ya somos adultos, de la dependencia enorme a los medios de comunicación y a la tecnología la cual toma un control anormal sobre los impulsos y deseos de la gente (jóvenes y grandes).
Plantea lo siguiente: los padres ausentes generan hijos desconectados. Culpa en cierta medida al movimiento de la década de los 80s que invitó a los padres a convertirse en amigos de sus hijos, dejando así olvidado gradualmente el proceso de ser padre. Este efecto más que notarse en la primer generación «amiga» de sus padres (aquellos niños y jóvenes de los 80s) se vería reflejado en nuestros niños y jóvenes de la década del 2000, cuyos padres no tuvieron padres que los educaran sino amigos que fueron sus cómplices, de este modo, los padres jóvenes de hoy en día no tuvieron el modelo adecuado de paternidad para replicarlo para con sus hijos y éstos últimos lo tendrán en incluso una menor medida. Dicho sea de paso, el doctor Amaya no llegó a esta conclusión sino que es algo que me puse a pensar tras escuchar la conferencia.
Sin embargo otro factor muy relevante a la hora de criar hijos desconectados es la ausencia física, de la que el doctor también habló y eso es algo con mayor relación a la sociedad que a cualquier movimiento cultural. Hoy en día los roles de género están modificados y el concepto de familia tradicional (más de eso en la siguiente conferencia) está cambiada. Las jóvenes familias de nuestros tiempos ya no se componen de un padre que trabaja y una madre que educa sino que las necesidades económicas de nuestros tiempos, aunados al movimiento feminista, llevan a que la madre también trabaje, dejando el cuidado y educación de los hijos a entidades impersonales (las escuelas) que no pueden enfocar sus atenciones en las necesidades de un sólo niño, o de los abuelos, quienes no están ya lo bastante aptos para ejercer un rol de padre.
La pregunta con la que me quedé por la falta de tiempo fue: ¿es la equidad de género la responsable de engendrar a estos niños frágiles y desconectados? Pues una importante razón por la que los niños y jóvenes son emocionalmente más inestables que los de antes no es ni por el uso continuo de las redes sociales, tampoco la televisión o los videojuegos sino la lejanía que actualmente viven con sus padres, quienes por presiones sociales o económicas ya no se hacen cargo de sus hijos y cada vez cuentan con menos tiempo para guiarlos u orientarlos en la vida. De ese modo una pareja de padres que trabajan no tiene el tiempo para educar a sus hijos pero, en teoría, sí cuentan con los recursos económicos para que «vayan a fregar a otro lado» lo cual deja su cuidado y educación en manos de un productor genérico de individuos (cualquier guardería o escuela) generando niños artesanales (producidos en fábricas, todos iguales entre sí) y causando el fenómeno de depresión infantil y adolescente que se relaciona con el alto índice de suicidios pues, según el propio doctor Amaya, los niños de hoy no soportan la frustración, y creo que las conclusiones a las que llegué en este resumen así lo indican.
La respuesta, según el doctor Amaya es necesario traumar tantito a los niños, no darles todo, enseñarles que está bien fracasar a veces, que no siempre obtendremos lo que queremos, y eso está bien, pero yo ahora me pregunto y, seguramente será impopular, ¿es la equidad de género el camino correcto para la humanidad? o quizá el término equidad sea incorrecto pues ambos géneros merecen mismos derechos y obligaciones pero al no tener las mismas necesidades y responsabilidades, ¿no es la equidad un aspecto que nos daña más que beneficiarnos?
En este sentido pienso lo siguiente: ¿se deberían otorgar puestos laborales diferentes a mujeres con hijos o ajustar los mismos a todos los casos de maternidad? Me refiero a que quizá las mujeres, al menos no las madres, debieran estar trabajando del mismo modo que aquellos sin una obligación de ese tamaño, sus horarios debieran ser diferentes para poder mantener la educación y el vínculo con sus hijos, al menos durante algún periodo de la infancia.
Sin embargo en general se trató de una gran conferencia y sin duda volvería a asistir a una impartida por este señor, sería genial si diera clases en el CEU.
Conferencia 3: Estructuras familiares
Al igual que la hipósifis, esta serie de conferencias tuvo dos lóbulos opuestos y una estructura central que no destaca ni por mala ni por buena. Una conferencia mejor que la de Neuropsicología pero sin el carisma y dinamismo que la que le precedió.
Estructuras familiares, impartida por la maestra Juana Segura Rodríguez, se relaciona ampliamente con la conferencia anterior a ésta pues se enfoca en la dinámica familiar y cómo ésta afecta al desarrollo emocional de los individuos.
Al igual que se trató en la conferencia del doctor Amaya, se determinó que la dinámica familiar ha cambiado, de ser una institución regida por el padre en la que la madre obtenía un papel secundario y los hijos solamente obedecían, a estructuras sumamente complejas, heterogéneas en la que pueden estar ausentes cualquiera de sus partes o integrar miembros adicionales, todo lo que contribuye a una dinámica familiar que es difícil de predecir y que ocasiona que cada caso clínico sea diferente del anterior.
Nuevamente a causa del movimiento feminista (no lo dijo abiertamente pero lo infirió), el rol de la mujer cambió y con ello se modificó la dinámica familiar, si la madre ya no debe obedecer a la figura del esposo y ya no se queda en casa educando a los niños, entonces ¿quién va a educarlos?
Ante esta situación comentó la dificultad de analizar una estructura familiar que es en sí un caso clínico independiente del paciente, impidiendo la rehabilitación del último al ser ésta la causa principal de su problema inicial, misma causa de problema que no se soluciona debido a que es afectada directamente por los casos clínicos de cada uno de los integrantes de una familia.
Sin embargo ante una conferencia tan similar en tema a la anterior llego a las mismas conclusiones, el punto medular es el cambio en los roles de género y como definitivamente la sociedad no va a volver sobre sus pasos se debe encontrar un método para que este cambio en la dinámica familiar no afecte negativamente a los integrantes más jóvenes de una familia.
Este tipo de artículos son muy interesantes y hasta útiles, por lo menos a mí me gustaría ver algunos mas.