Creo que no existe una franquicia cuya travesía a través del tiempo esté más manchada que la de Terminator. Y es que otras bien pueden tener episodios decepcionantes o finales abruptos, pero pocas tienen la cantidad de vueltas y reinicios y reestructuraciones que Terminator ha tenido. Y es mi franquicia favorita.
La razón por la que Terminator será una serie tan difícil de controlar es un misterio, la primera película es buena, de hecho mi favorita, mas no se trata de una obra maestra de su época y alcanzó su status más bien a posteriori. Judgement Day fue un éxito rotundo que recuerdo puso el nombre de Terminator en todos los encabezados, era la cinta de la que todos hablaban en 1991; aún no he podido superar el hecho de que no me dejaran entrar al cine a verla pues yo tenía apenas 10 años.

Algo dejaron esas dos películas de Terminator en el inconsciente colectivo que resulta difícil de comprender. Rise of the Machines, Salvation y Genisys llegaron y se fueron sin darle a la franquicia lo que se deseaba de ellas, siempre dejando ese sabor amargo en el espectador de que las cosas “no eran como antes, no eran como las primeras 2”.
Terminator Genisys (que por cierto, sí me gustó) fue un fracaso estrepitoso que prácticamente mató a la franquicia. En Genisys se tomaron diversas decisiones cuestionables que dividieron amargamente a la audiencia, sin embargo el recontar los eventos de las primeras dos películas me pareció… lindo, pues fue una vuelta a la nostalgia. Y pese a que la película era competente y a que Emilia Clarke sí da un aire a Linda Hamilton, la cronología que Genisys pretendió iniciar se detuvo en seco en un instante.

Terminator Dark Fate llegó como el salvador de una serie de películas que había batallado por décadas en encontrar la fórmula que la llevara a su lugar merecido entre las cintas de acción/ciencia ficción (el número 1). Con el regreso de Linda Hamilton como Sarah Connor (a quien mataron en Rise of the Machines), con James Cameron en la producción y el guion, y con Arnie (siempre olvido cómo se escribe su apellido) de vuelta (aunque esto no es novedad) como el T-800, todo parecía indicar que Terminator Dark Fate sería la película que pondría a la serie en su debida dirección.
Y… tengo sentimientos encontrados.
Hay que reconocer que hay cualidades interesantes en Dark Fate que nos remiten a las primeras dos cintas de Terminator. En primer lugar el regreso de Linda Hamilton le da a esta película un vínculo más fuerte con las anteriores. Del mismo modo la sensación general de la dirección tiene un parecido importante con Terminator2, en cuanto a iluminación, tomas de cámara y contexto.

Terminator 2 tuvo guiños referenciales a The Terminator que eran una delicia, frases como: “Get down”, “drive”, “get out”, la patrulla con la toma a la leyenda To protect and to serve”, la manera en que el T-800 es arrojado por una ventana, la gabardina de “Sarah Connor, etc. Eran sacadas de la primera cinta y permitían ese vínculo con la historia anterior que hacía que se sintiera parte del mismo universo.
Dark Fate tiene guiños hacia las películas anteriores desde el inicio, algunas de las mencionadas frases hacen mención e incluso la musiquita country del bar en Judgement Day hace su aparición en algún momento.

Del mismo modo el personaje de Grace, interpretado por MacKenzie Davis, funge como un nuevo Kyle Reese e incluso imita algunas escenas del mismo en ciertos momentos. Grace es un nuevo personaje que es interesante y que mantiene el mismo tipo de motivación de Kyle.

La acción es… la mayor parte del tiempo competente. Hay buenas secuencias, combates fuertes e incluso sangre (algo ya un poco olvidado en las películas actuales). Sin embargo hay una cierta falta de “peso” en algunas de las coreografías, ausencia que hace que los combates se sientan falsos. En momentos de grandes saltos y ser arrojados, los cuerpos se mueven con una física extraña, como si volaran, lo cual se ve poco natural, algo así como la comparación de los combates entre Revenge of the Sith y The Force Awakens, donde el primero carece de peso mientras que el segundo se siente más orgánico en su movimiento. Terminator Dark Fate padece de ese mal en muchas de sus escenas de acción.
Arnold, Linda y MacKenzie muy bien en la película, quizá Linda un poco lenta en sus movimientos pero, vamos, es una señora de la tercera edad, tampoco podemos pedirle gran movilidad. El villano, interpretado por Gabriel Luna, inicia bien peor poco a poco su papel se va volviendo un poco más CGI y ello deja al actor con poco con lo cual trabajar. Mientras que el personaje de Natalia Reyes, en mi opinión, no está bien elaborado y simplemente es un “gender/race swap” de un histórico en la franquicia.
Puedo decir que Terminator Dark Fate me gustó más que Terminator Genisys, me pareció más insertada en el mundo de Terminator (y no olvides que Genisys sí me gustó), sin embargo es claro que no logra llegar a la calidad de las primeras dos con lo que esa idea de: “No es como antes”, se mantiene presente.
Sin embargo no te dejes engañar por las noticias de su terrible desempeño en el cine, no es mala y te aseguro que te va a entretener, lo que sí es que creo que el MCU nos ha dejado esperando megaproducciones interconectadas y eso quizá afecta un poco a la percepción dentro de este universo que es el de Terminator.

Hay spoilers que tratar pero eso lo haremos en otro artículo. Mientras tanto considero que Terminator Dark Fate es la tercera mejor película de Terminator, sin embargo es de reconocer que ese puesto no es tan peleado en esta franquicia por lo que quizá no sea decir mucho.
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